Historia de un Angel

Historia de un Angel

Mientras revisaba la habitación con la mirada, había algo que flotaba en mis pensamientos. ¿Cómo morí? No recordaba nada, todo era tan confuso. Me sumergí en mis recuerdos, tratando de encontrar mi respuesta.
Mi recuerdo era tan vivido, tan real. Iba corriendo por los pasillos inundados de mi escuela. El agua hacia más difícil correr. De pronto sentí el suelo, pero había algo más. Algo me había golpeado y se había incrustado en mi nuca. Sentía el dolor, tan agudo, tan fuerte. Estaba mojada pero no solo de agua, pero ya no vi nada más. Escuchaba los gritos de ayuda de mis amigas, sus caras. Pero poco a poco las vi más lejos. Los ojos me pesaron más y más .hasta que todo desapareció, junto con mi dolor.
Pero volví a la realidad, a este lugar. Había empezado a llorar otra vez, las lágrimas eran incontrolables. Me senté en el borde de la cama, y luego me recosté en la esquina. Cerré los ojos y deje que la tristeza me inundara, que me llevara. Y como si fuera un mar me ahogara.
Cuando abrí los ojos había obscurecido. Me levante y encendí la luz. Me di cuenta de que no me había visto, así que me dirigí al baño. Pero antes de entrar pensé, ¿Qué tal si estoy como quede después del accidente? El miedo me cegó, pero ya no importaba. Abrí la puerta de jalón, y me encontré a mí misma. Con el miedo en mi cara, y la tristeza. Vi mi reflejo fijamente durante un rato, y luego me di una ducha. Cuando Salí me cambie y entre a la recamara.
El ángel estaba sentado en el sillón, con cara impaciente. Me miro y luego se levanto.
-¿Tienes hambre?-pregunto.
No iba a responderle, pero en ese momento mi estomago rugió. Y no le pude contestar.
Así que salió y yo lo seguí. Cruzamos la puerta de madera y luego la de cristal. Luego caminamos de vuelta por el pasillo, y dimos vuelta. Llegamos a una puerta de cristal, cuando entramos solo vi algunas mesas de cristal con sillas de madera. Del otro lado de la habitación había un pequeño mostrador y luego una puerta. El cruzo la puerta junto al mostrador y cerró la puerta detrás de él, por lo que decidí no seguirlo.
Cuando regreso traía un plato con comida y un vaso de agua. Nos sentamos en una mesa y el puso la comida delante de mí. Luego él se quedo ahí viéndome, trate de sostenerle la mirada pero no pude. En el plato había pescado, una pequeña ensalada y arroz. No aguante mas y empecé a comer. Pero me sentía incomoda de que me estuviera viendo. Tuve curiosidad de por qué el no comía.
-¿Tu no vas a comer?- pregunte tímidamente.
- No necesitamos comer tan a menudo-contesto rápidamente
Así que termine de comer la comida y luego bebí el agua. Al terminar me quede callada, sin saber que hacer o decir. De pronto apareció una muchacha, un poco más grande que yo, e igual de hermosa que el ángel. Su pelo era chino y color miel y tenía sus ojos color avellana. Camino hacia nosotros sonriendo.
-¡Nick!- dijo alegremente – ¿Cómo te va?-.
-Hola Mary Anne- saludo el sonriéndole- Pues no tan bien, me pusieron de niñero.-
-Oh vamos- dijo riendo- Solo mírala, esta tan aterrada. No será tan difícil.-dijo ella refiriéndose a mí.
-Eso parece – dijo riéndose.
-¿Te acompaño? – dijo ella.
-Sí, puedes acompañarme a dejarla-.
El se puso de pie y le sonrió. Luego los dos caminaron hacia la salida. Yo me levante y los seguí. Ellos iban platicando, pero no los pude oír. Dimos vuelta, atravesamos el pasillo, la puerta de cristal y la tres de madera y llegamos a la habitación. Yo entre y luego ellos se salieron y cerraron la puerta. Se quedaron platicando un buen rato, hasta que oí que se despedían y por un pequeño espacio en la puerta pude ver que se despedían con un beso en la mejilla.
Luego ella cruzo la puerta de cristal y el entro a una de las puertas de madera. Me acurruque en la cama y pronto me quede dormida.


17:14




Una voz interrumpió mis lagrimas .Una voz tan dulce como la miel pero al mismo tiempo tan seca. A través de las lágrimas vi que esa voz era de una mujer, con la cara perfecta pero sin emoción. Acompañada por el ángel que me había salvado.
-¿Jessica Douglas?-pregunto fríamente
No comprendí a que se refería, me confundieron sus palabras. Pero ¿cómo me llamaba yo?
-Y-yo soy Helena Douglas- dije con la voz temblorosa
-Eso ya lo sé- dijo sin apartar la mirada de mi – sígueme, por favor.
Me pare y la seguí a través de una perta de cristal, hasta una pequeña oficina. La oficina era blanca y tenía unos sillones del mismo color, del otro lado del cuarto había un escritorio.
-Siéntate- me ordeno ella.
Yo lo hice sin decir nada. No fue hasta que me senté que me di cuenta de que el ángel venia con nosotros, el se sentó junto a mí.
-Jessica Douglas- dijo con expresión de piedra-Estas muerta-.
-Ya lo sé-dije en un susurro, tratando de contener las lagrimas-¿Quiénes son?-.
-Somos....personas, si se puede decir-dijo sonriendo-. No estamos vivos pero estamos aquí. Yo soy un querubín.-
-¿En dónde estoy?-dije alzando la voz .Las lagrimas corrieron rápidamente por mi cara. No lo podía creer, pero sabía que era real.- ¡Quiero ir a mi casa, quiero mi vida!
- Esta va a ser tu casa ahora, y también tu vida.-concluyo, después volteo a ver al ángel junto a mí.
-Nicholas- dijo sonriendo – tú la cuidaras-.
-¡NO! – Grito enojado - ¡No lo hare, no soy guardián! ¡No!-.
-Ohm por favor Nicholas, no es tan difícil.-
-¿Porque no la cuidas tú?-dijo.
-Lo harás porque te lo ordeno .Y punto-
Luego ella se levanto, se despidió y salió. Yo me quede ahí sin saber qué hacer, con ese ángel enojado junto a mí. Lo voltee a ver, su expresión era de piedra, pero enojada. No podía creer que en ese rostro tan perfecto pudiera dibujarse una expresión como esa, de enojo. Y que en ese cuerpo pudiera caber tal emoción.
De pronto suspiro y paso a mano por sus finos cabellos. Y me volteo a ver con expresión despreciativa.
-Vámonos – dijo rudamente.
Nos paramos del sillón y es salió primero rápidamente. Cruzamos un pasillo, y yo casi corría para no perder su paso. Dimos vuelta hacia otro pasillo más largo, con muchas puertas color blanco con letras en la parte superior llegamos a la “J”, y entramos. Había cuatro puertas más de madera con números y entramos en la 3. Era una habitación color azul pastel, en esta había una cama matrimonial, una mesa de noche con una lámpara, un armario, y un pequeño sillón.
-Te quedaras aquí- dijo fríamente – El baño – dijo señalando una puertita al lado de el sillón.
- ¿Me tengo que quedar aquí todo el día?-
-Sí, hasta que yo regrese y decida que podemos salir. Pero no creo que pase, no soy niñero. La orden es cuidarte, pero no ser tu amigo.
Luego el salió bruscamente. Me quede ahí parada, sin saber qué pasaba
.


17:12




Desperté sin saber qué pasaba. No recordaba nada, solo estaba ahí. No entendía. ¿En dónde estaba? Me di la vuelta buscando respuestas, pero me encontré con algo muy raro. Me vi a mi misma acostada en una cama, durmiendo. Mi piel estaba pálida, como la nieve. Me acerque y al verme entendí todo. No estaba dormida.
En pánico me paralizo, gotas saladas salían de mis ojos, inundando mis mejillas. No era posible. No podía ser. No podía estar muerta. Quería gritar, decirles a todos que estaba viva, mentirles y lo sabía, sabía que estaba muerta. Me deje caer sobre mis rodillas, y llore. Vi como mi familia entraba a la habitación, como mi madre lloraba sin consuelo, como sus rostros estaban llenos de tristeza.
De pronoto como una estrella en medio de la obscuridad, apareció un ser angelical. Este ser, con alas como las de una paloma, tan hermoso, tan perfecto. Este ángel, tan perfecto, con rubios cabellos como la seda, ojos tan azules como el mar y una cara que parecía tallada a mano y en piedra.
Tan deprisa como llego el miedo se fue, al ver a este ser, pareciera como si la única emoción fuera felicidad. Me ofreció su mano para levantarme, la tome. Salimos de ahí, pero pareciera como si estuviésemos volando. De pronto todo pasó muy rápido, solo vi algunas imágenes: un edificio blanco, una sala de espera con pared blanca al igual que los sillones. Yo estaba ahí parada, con ese ángel a mi lado. De pronto el camino hasta una puerta, entro y me dejo sola. ¿Qué estaba pasando?
Sabía tres cosas: estaba muerta, no sé cómo, pero lo sé. También sabía que aquel ángel era bueno. Y sabia que no era un sueño, eso hubiera querido pensar pero no.
No recordaba nada, ni mi nombre, o como morí. Las lágrimas se derramaron por mi cara. ¡¿Porque?! , ¿Porque a mí? Porque tuve que ser yo la que muriera y estuviera aquí. ¿Por qué?
Me abrase las rodillas y escondí la cara. La tristeza y el enojo son emociones imposibles de evitar, y no soy la excepción. Lagrimas corrían a choros por mis mejillas. ¿No volvería a ver a mamá o a papá? ¿A mis amigos? ...

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Tal ves crean que el capitulo esta triste , pero no todo es asi :) ! Comenten! Y digan como les parecio..... =--(*-.-*)--=


17:13






Bno...este va a ser mi blog. Yo escribo una historia y se las voi a ir contando poco a poco , voy a subir cada semana un capitulo diferente y..... espero les guste =D......(y si no les gusta pues ni modo ...)

*Comenten si les gusta o si no da igual....


17:02